Cocinar croquetas sin que se abran ni queden grasientas es una tarea sencilla si se tienen en cuenta una serie de recomendaciones. Las croquetas son una de las recetas más populares de la gastronomía española. Se pueden preparar de muchas formas diferentes, pero la más común es freírlas. A continuación, explicamos los pasos necesarios para conseguir unas croquetas perfectas.
Elige el aceite adecuado
Es importante elegir el aceite correcto para freír. El mejor aceite para esta tarea es el aceite de oliva. Esto se debe a que su punto de humo es más alto que el de otros aceites, lo que significa que no se quema tan fácilmente. El aceite de oliva también le dará a las croquetas un sabor y aroma deliciosos.
Precalienta el aceite
Una vez que hayas elegido el aceite adecuado, deberás precalentarlo antes de freír las croquetas. Para ello, calienta el aceite a una temperatura de 180 grados Celsius. Esto es importante para conseguir que las croquetas se cocinen de forma uniforme y no se abran.
Frega las croquetas
Una vez que el aceite esté bien caliente, es hora de freír las croquetas. Para ello, debes empezar por fregarlas con un poco de harina. Esto ayudará a que el aceite no se filtre y las croquetas queden con una textura crujiente y deliciosa.
Frie las croquetas
Cuando hayas fregado las croquetas con harina, es hora de freírlas. Para ello, coloca las croquetas en el aceite caliente y deja que se frían durante unos 5 minutos. Asegúrate de moverlas de vez en cuando para que se cocinen de forma uniforme.
Retira el exceso de aceite
Una vez que las croquetas estén bien fritas, es hora de retirar el exceso de aceite. Para ello, colócalas en un plato con papel absorbente. Esto ayudará a que las croquetas no queden demasiado grasientas.
Ya están listas para servir
Una vez hayas seguido estos sencillos pasos, tus croquetas estarán listas para servir. Disfruta de unas croquetas crujientes y deliciosas, sin que se abran ni queden grasientas.